jueves, 23 de noviembre de 2017

Una relación con el Señor

He estado leyendo un libro llamado “La batalla de cada mujer joven” de Shannon Ethridge y Stephen Arterburn, y ya en las últimas páginas se habla sobre enamorarse de Jesús, sobre tener una relación tan íntima con el Señor como si fuera mi novio. Al principio de ese capítulo se relata un sueño que intentaré resumir a continuación:

💭 Es la recepción de una boda, acaba de terminar la ceremonia y la novia luce radiante, hermosa con su vestido blanco y con una sonrisa enorme. Saluda a cada invitado, tomándose el tiempo para conversar y recibe feliz todos los cumplidos que le hacen sobre su vestido, su peinado y lo hermosa que se ve. Va de aquí para allá disfrutando su momento, orgullosa aprecia cada elogio con una sonrisa. Pero el novio no se ve por ningún lado y a ella parece no importarle. 
De pronto veo al novio, en una esquina con la cabeza agachada mirando el anillo en su dedo, el anillo que acaba de darle su novia. Por sus mejillas corren lágrimas que caen en sus manos y me percato que el novio es Jesús, en sus manos se ven las cicatrices de los clavos. Ha estado esperando, pero la novia no lo ha buscado, no le ha tomado la mano ni lo ha presentado a los invitados. La novia actúa independiente de Él.💭

Es fuerte pensar que esta es la realidad de muchos cristianos o tal vez de todos en algún momento. Recibimos a Jesús como Señor y Salvador, estamos felices como aquella novia, recibimos felicitaciones y abrazos de otras personas por haber tomado la decisión, nos dan la bienvenida a la familia de Dios y no podemos más de felicidad. Pero cuando nos encontramos con personas que no conocen de Jesús en el trabajo, o en la calle, o incluso en nuestra casa no les compartimos el evangelio, no les damos a conocer al Señor, lo mantenemos escondido en alguna parte de nuestra vida, en una esquina como en el sueño, con el corazón roto.
El Señor desea ser tan importante en nuestra vida que lo compartamos con otros, que lo presentemos a otros. Quiere tener una relación tan profunda con nosotros que sea imposible que los demás no lo noten.

“Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; Él apacienta entre los lirios.”
‭‭Cantares‬ ‭6:3‬ (RV60)

Somos de Jesús. Nos compró con su sangre. Y quiere tener un relación íntima con nosotros, una relación que nos llene de verdad porque nos ama.


En el libro que mencioné se describe la evolución de la relación con Dios de la siguiente manera:

1. Relación de alfarero-barro.
“Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.”
‭‭Isaías‬ ‭64:8‬ ‭(RV60‬‬) 

En un principio Dios nos comienza a moldear, y es importante que nos sometamos a Él y le permitamos moldearnos.
En esta etapa solo soy barro por lo que solo puedo permitirle que me moldee, no le puedo demostrar amor en retribución.

2. Relación de pastor-oveja.
“Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.
En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor.”
‭‭Ezequiel‬ ‭34:11-12, 14-15‬ ‭(RV60‬‬)

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
‭‭Juan‬ ‭10:11‬ ‭(RV60‬‬) 

En esta etapa soy una oveja aceptando su guía, su dirección, su cuidado y protección.
Aquí reconozco que Dios es mi cuidador y proveedor, pero aún no se lo que siente Dios ni que sueños tiene para mí.

3. Relación de amo-sierva.
"Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses."
(Parábola de los talentos)
Mateo 25:14-27 (RV60) 

Los siervos no saben mucho de su amo, a excepción de aquello que los involucra.
En esta etapa soy sierva y es importante que sirva a Dios de todo corazón y que haga Su voluntad.
Esta relación descansa sobre los negocios y el desempeño. Nuestro valor está en cuán bien hagamos la voluntad de nuestro amo, del Señor.

4. Relación de amigo-amiga.
"Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer"
Juan 15:15 (RV60)

Jesús llamó "amigos" a sus discípulos, porque ya conocían los planes del Señor, tenían un nivel mayor de confianza y cercanía.

"Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios."
Santiago 2:23 (RV60)

Abraham fue llamado "amigo" de Dios porque creyó en lo que Dios le había prometido. Creer fue lo que le hizo entrar en esa categoría.
En esta etapa soy amiga del Señor, y Él es mi amigo. La base de esta relación es el amor y preocupación mutua.
El valor de un amigo no está tanto en lo que hace, sino en quién es como confidente personal. Dios quiere ser nuestro amigo, y que nosotros seamos sus amigos.

5. Relación de padre-hija.
"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es."
1 Juan 3:1-2 (RV60)

En esta etapa podemos permitirle a Dios ser el padre o la madre que tanto quisimos y necesitamos. Aquí entendemos que Dios no nos ama por lo que hacemos, nos ama porque somos sus hijos
Soy su hija, soy hija de Dios. Y esta relación es maravillosa y logra sanar cualquier herida o desilución de la niñez.

6. Relación de novio-novia.
"Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.
Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová."
Oseas 2:19-20 (RV60)

 Cuando una mujer se transforma en una novia, su vida y prioridades cambian. Todas las demás personas y prioridades palidecen en comparación. 
Dios desea que lo amemos con pasión, anhela que nuestra atención y prioridades se alineen con las suyas.
 El amor no es un sentimiento. Los sentimientos son inconstantes. El amor es un compromiso.
En el pasaje de Oseas, el Señor nos extiende un compromiso de amor eterno 💕, tan profundo que no podemos comprenderlo por completo. Esto tendría que inspirarnos a corresponderle con el mismo amor dentro de lo humanamente posible.
Soy su novia, la iglesia es la novia de Cristo. Un compromiso de Dios con los suyos, una relación que alcanzará su plenitud en las Bodas del Cordero, día que debemos esperar con ansias y emoción, tal como espera una novia el día de su boda.

El Señor quiere estar en mis primeros pensamientos cuando despierto, y en los últimos al dormirme. Anhela que lo busque en oración y escuche lo que tiene para decirme a través de su Palabra.
Necesito (y probablemente tu también) invertir tiempo en conocer a mi Novio espiritual. En el libro "La batalla de cada mujer joven" se aconseja leer Oseas, Cantares y Juan. Ideales para comenzar a ver y entender su inmenso amor por mí.





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