lunes, 25 de diciembre de 2017

Navidad: el mensaje de esperanza

La Navidad es una gran celebración en mi familia, una gran cena, un pino muy decorado y lleno de regalos, ricos postres y trasnochar con la familia disfrutando de los regalos recibidos.
Pero ¿es eso realmente la navidad? No digo que lo anterior esté mal, es más, todo lo anterior me encanta! Pero el centro de la Navidad es recordar el nacimiento de Jesús, recordar que el Señor se hizo hombre, no estimando ser igual a Dios y tomó su cruz por amor a nosotros, por amor a mi.
La navidad es esperanza, es amor, es un regalo.

"Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, 
porque él salvará a su pueblo de sus pecados."
Mateo 1:21 (RV60)

"Jesús" significa "salvador", y eso es precisamente quién es, es el salvador, y nos salva de la condenación y nos da vida, y a cambio no pide nada más que creer.
La navidad es el recordatorio de dónde está puesta nuestra esperanza.

"Entonces el ángel le dijo: María, no temas, 
porque has hallado gracia delante de Dios.
Y ahora, concebirás en tu vientre, 
y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; 
y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; 
hágase conmigo conforme a tu palabra. 
Y el ángel se fue de su presencia. "
Lucas 1:30-32, 38 (RV60)

Dios tenía un propósito maravilloso para María, un plan increible para su vida y ella decidió confiar en Dios, el ángel le dijo "no temas" y es lo que nos dice hoy la Palabra a nosotros también, que no debemos tener miedo porque los propósitos de Dios son increibles y maravillosos.

Solo queda agradecerle a Jesús el haber venido a este mundo, el habernos amado tanto.

🎄Feliz Navidad! Feliz cumpleaños a Jesús! 

sábado, 16 de diciembre de 2017

Verdades contra la depresión

La depresión nos puede causar pensamientos de tristeza, de derrota, falta de deseo de relacionarnos con otros y con Dios. Para combatir estos sentimientos y pensamientos negativos que nos alejan de Dios nos debemos agarrar de la Palabra. Esta semana encontré un video sobre este mismo tema, un vblog de Majo Solis que me pareció muy práctico y necesario, por lo que decidí colocarlo en mi blog.

En Filipenses 4:4 (RV60) encontramos un mandato:

"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!"

Este mandato habla de un gozo que nace y se sustenta en el Señor. Y a continuación de ese versículo encontramos 4 verdades que nos servirán para combatir este problema.

1. Vivir por otros y no solo para mí.

"Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres..."
Filipenses 4:5a (RV60)

"gentileza": gracia, cortesía, lo que se hace por cortesía.

En la depresión uno suele enfocarse en uno mismo, en los propios pensamientos y sentimientos, en la propia tristeza, en la propia derrota. Pero este versículo habla de enfocarse en los demás, en otros y no en uno mismo.
La gentileza se refiere a lo que hacemos por otros, cuando damos algo a otros sin esperar nada a cambio, es pensar en los otros antes que en uno mismo. El Señor nos dio un ejemplo increible de esto y lo podemos leer en Filipenses 2:5-8 (RV60):

"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." 

 El Señor no pensó en sí mismo, no consideró en el igual a Dios como algo a lo que aferrarse sino que tomó la cruz para que nosotros que no teníamos nada ahora lo tengamos todo. Es el mayor ejemplo de consideración y debemos seguirlo, debemos actuar y pensar en otros y no en nosotros mismos.
Por lo que este gozo, que leemos en el versículo 4, se experimenta cuando vivimos conforme a Dios considerándo a los demás antes que a nosotros.


2. Poner la mirada en la recompensa.



"...El Señor está cerca."
Filipenses 4:5b (RV60)

Estamos en medio de una carrera de fe y no podemos correr esta carrera si olvidamos cuál es la meta, cuál es la recompensa del trabajo que hacemos, la recompensa del servicio. Y el premio es Jesús, es que Él volverá pronto, Él está cerca.
Nuestra mirada debe estar puesta en esa recompensa para poder correr la carrera, para proseguir a la meta como señala Pablo en Filipenses 3:13-14 (RV60):

"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."

Aquí se evidencia que para poder llegar a la meta se debe tener la mira en el premio. El Señor va a regresar pronto y eso es lo que le da sentido a nuestra vida, eso es lo que nos mantiene con gozo, saber que pronto lo veremos.


3. Menos preocupación y más oración.

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego..."
Filipenses 4:6 (RV60)

La depresión viene porque dejamos que las preocupaciones tomen el control de nuestra mente y de nuestro corazón. Esto nos genera estrés, ansiedad, temor, nos agota y nos aleja del gozo al que fuimos llamados.
Jesús habla sobre esto en el Sermón del monte, en Mateo 6:31-33 (RV60) dice:

"No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."

Aquí cuando habla de los gentiles se está refiriendo a los incrédulos, a los que no tienen su esperanza puesta en Él. Jesús dice que son ellos quienes se preocupan, no los hijos de Dios porque nosotros sabemos que el Señor suplirá todas nuestras necesidades.
En vez de preocuparnos, debemos ocuparnos en buscar Su voluntad, en buscar Su guía, en orar.


4. Menos quejas y más gratitud.

"...en toda oración y ruego, con acción de gracias."
Filipenses 4:6 (RV60)

Las quejas nos llenan de amargura, la gratitud por el contrario nos mantiene con gozo.
Cuando nos quejamos por el trabajo, por la comida, por el frio, por el calor, por todo lo que nos ocurre entonces nuestra visión se nubla y no podemos ver las bendiciones que Dios nos da.
Por eso es que necesitamos estar constantemente dando gracias al Señor por sus bendiciones para poder mantenernos llenos de gozo y agradecidos.


Resultado:

"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
Filipenses 4:7 (RV60)

Y el resultado de vivir estas 4 verdades es experimentar la paz de Dios, y esta paz guarda nuestro corazón y nuestros pensamientos para evitar y combatir la depresión.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Las espinas - Parte 2

Continuando con lo que aprendí en la serie "La bendición de las espinas" de Aviva Nuestros Corazones podemos ver aflicción en la muerte de Lázaro, en el capítulo 11 de Juan (RV60) dice:

"Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)
Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella." (v. 1-4)
"Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto." (v.17-21)
"María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve." (v.32-34)
"Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él. " (v.41-45)


Marta y María tenían una idea diferente a la que tenía el Señor de lo que era bueno para Lázaro. Ellas creían que lo mejor era que Jesús hubiera llegado antes para evitar que Lázaro muriera, pero el Señor sabía lo que habría de suceder, Jesús sabía que era necesario que Lázaro muriera para que los judíos que allí estaban pudieran presenciar su resurrección y creyeran en él.


Mirando el ejemplo de Pablo leemos:
"Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo."
2 Corintios 12:9 (RV60)

Pablo había rogado a Dios para que le quitara su aflicción pero Dios estaba diciendo, «Yo no voy a quitarte la espina. No voy a eliminar este problema, pero te daré la gracia para soportarlo».


Le entregamos nuestra debilidad.
Le entregamos nuestro dolor.
Le entregamos nuestro sufrimiento.
Le entregamos nuestras espinas y nuestra aflicción.
Y Dios nos dice, «a cambio, Yo te daré Mi fuerza, Mi poder, Mi gracia para soportar y para exaltar, para abrazar la cruz, para gloriarte en la cruz».


La gracia de Dios nunca se acaba.

"Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca."
1 Pedro 5:10 (RV60)

"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro."
Hebreos 4:16 (RV60)

"Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes."
Santiago 4:6 (RV60)


La gracia de Dios son los recursos de Dios: Su fuerza, Su poder, Su bondad, Su luz, todo lo que Él es. Son sus recursos disponibles para nosotras. Son sus recursos que son suficientes para cada problema y cada una de las situaciones que cada hijo de Dios alguna vez enfrente.
Nunca hay carencia, nunca escasez.

"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;"
2 Corintios 9:8 (RV60)


Annie Johnson Flint escribió el siguiente poema:

«Dios da más gracia cuando aumentan las cargas;
Él da más fortaleza cuando la labor es mayor.
En la aflicción añadida, Él añade su misericordia;
En las pruebas multiplicadas, multiplica Su paz.

Cuando hemos agotado nuestro poder de resistencia;
Cuando nuestra fuerza ha fallado estando el día sin terminar.
Cuando hemos llegado al final de nuestros recursos acumulados,
La entrega completa de nuestro Padre sólo ha comenzado.»

Annie desarrolló artritis reumatoide como adolescente, en sus últimos años de su adolescencia, y al paso de tres años, ella quedó inválida, indefensa y por la mayor parte del resto de su vida no fue capaz de levantarse de la cama.
Por más de 40 años prácticamente no pasaba un día en que ella no sufriera dolor. Ella se volvía cada vez más indefensa, pero comenzó a usar sus largas horas de sufrimiento para ministrar a otros escribiendo poemas. Escribió poemas en el crisol de su sufrimiento que hasta el dia de hoy ministran gracia y paz a otras personas en medio de su sufrimiento.
El Señor siempre tiene un propósito en toda circunstancia.


Hay diferentes propósitos por los cuales Dios usa las tribulaciones y las espinas en nuestras vidas:

1. Dios usa las espinas para disciplinarnos, para restaurarnos cuando nos hemos alejado de la obediencia, para regresarnos a un lugar de obediencia a la Palabra de Dios.

"Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;
Mas ahora guardo tu palabra.

Bueno me es haber sido humillado,
Para que aprenda tus estatutos. "
Salmo 119:67 y 71 (RV60)

Cuando nos hemos extraviado, Dios utiliza espinas para traernos de vuelta a un lugar de obediencia y de sumisión a Su Palabra.


2. Dios usa las aflicciones para hacernos confiar en él, para hacernos más dependientes de Su fuerza que se perfecciona en nuestra debilidad.

"Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;"
2 Corintios 1:9 (RV60)

El propósito de Dios en el sufrimiento y en la aflicción es que esas espinas nos hagan más dependientes de Él.
Nunca podré conocer la fuerza y los recursos que Dios tiene disponibles para mi, si nunca tengo una necesidad.


3. Dios usa espinas y aflicciones para mantenernos humildes.

"Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;"
2 Corintios 12:7 (RV60)


4. Dios usa espinas y aflicciones para hacer de nosotras una bendición para otros y para equiparnos y que la gracia de Dios fluya hacia otros en su momento de necesidad.

"el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios."
2 Corintios 1:4 (RV60)

Amy Carmichael, misionera, escribió un libro de cartas llamado La Rosa del Arbusto.
Ella dice al principio: «Hay algo que resulta irritante acerca de las personas que se encuentran bien de salud y te dicen que cobres aliento en tu enfermedad. Es por eso que escribí estas cartas, no después de que me mejorara (lo cual nunca sucedió), sino estando enferma»; por lo que ella podía consolar a otros con el mismo consuelo que Dios le estaba dando a ella.
El título de ese libro viene de una pequeña parte de un verso que dice: «De tu arbusto florecerá una rosa para los demás».
De tus espinas, de tu parcela de arbustos, va a llegar una rosa, una bendición para otros.


5. Y por último, las aflicciones y las espinas resultan en la expansión del evangelio.

"Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio,

Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor."
Filipenses 1:12 y 14 (RV60)

Lo que Satanás pretendía para mal, para obstaculizar el avance del evangelio al meterlo en la cárcel, no prosperó porque Dios frustró sus intentos en esto, como Él siempre hace. Dios siempre tiene la última palabra, y Dios usó esas aflicciones, el encarcelamiento de Pablo, Dios lo utilizó para extender más su reino.


A medida que entendemos estos propósitos todo se reduce a ¿nos preocupamos más por la comodidad o por desarrollar un carácter como el de Cristo? ¿Nos preocupamos más por tener una existencia libre de dolor o por ver cumplirse los propósitos de Dios en nuestras vidas y en el mundo?


Dios no siempre remueve la espina, puede ser crónica, recurrente, implacable y no desaparece. Eso es lo que hace a la espina espinosa. Eso es lo que la hace difícil.

Cuando parece que Dios me ha abandonado, cuando parece que Él me ha dejado, Dios sí ve. Él sí sabe. A Él le importa. Él nunca nos dejará y Su gracia siempre, siempre, siempre será suficiente para nuestra espina.

Dios está trabajando y trabajará. Eso no significa que en cada situación va a cambiar nuestras circunstancias. Pero significa que está trabajando y seguirá trabajando. Y Él va a dar Su paz y Su gracia.

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo."
Juan 16:33 (RV60)


Si tan solo pudieramos ver desde la perspectiva de Dios, si supieramos lo que él sabe.
La voluntad de Dios es exactamente lo que haríamos y elegiríamos si supiéramos lo que Dios sabe.
Si pudieramos ver el panorama completo veríamos cómo las espinas son parte de un todo.

Martha Nicholson escribió un poema que termina así:
«Aprendí que Él nunca da una espina sin esta gracia añadida. Él toma la espina para poner aparte lo que sujeta el velo que oculta Su rostro.»

Hay aspectos del corazón y de los caminos de Dios, que nunca veríamos, que nunca sabríamos si no fuera por la aflicción.

En el libro, "La gratitud", Nancy DeMoss dice:

«Un espíritu agradecido es el que permite a quienes lo poseen responder a las circunstancias difíciles con una acción de gracias. Como alguien dijo una vez: “Algunas personas se quejan porque Dios puso espinas en las rosas, y otras alaban al Señor por haber puesto rosas entre las espinas”. De nuevo hago énfasis en lo que nos enseñan sobre esta materia algunos creyentes del pasado. Matthew Henry, el bien conocido comentarista del siglo XIX, al ser atacado por ladrones hizo la siguiente anotación en su diario refiriéndose a dicha experiencia: “Como primera medida quiero dar gracias puesto que esta es la primera vez que me roban; como segunda medida quiero dar gracias pues, aunque se llevaron mi cartera, no me quitaron la vida; como tercera medida agradezco el hecho de que aunque me quitaron todo, no era mucho; y por último agradezco el que yo haya sido la víctima del robo y no quien lo perpetró.”»